-"Este es el kilómetro 23, aqui veníamos cuando eramos novios a montar a caballo"

Así comenzó nuestro pequeño viaje, el cual reportó algunos caminos mal tomados que nos hizo perder poco mas de media hora en nuestro corto trayecto (definitivamente no soy buen copiloto) .. tampoco olvidaré las dos horas más estresantes bajo esa lluvia fina y tupida que no nos permitía avanzar, mezclada con la más densa neblina que no parecía real, sentía que en cualquier momento alguien saldría con una maquinita de hielo seco con la cual nos jugaba tan mala broma...

-" Habrá que regresar"- ambos lo pensamos, mientras Belcha dormía plácidamente y mi estómago pegaba sus paredes una contra la otra provocando algunos sonidos bastante extraños que por fortuna pasaron desapercibidos gracias a la mala batería de un grupo que escuchaba en mi adolescencia.

Comprobé muchas cosas que me decían de su persona: Siempre asegura que no desea comer dulces o comida chatarra, mas te priva de tu grasoso alimento para devorar más de la mitad de tu producto, dejándote un tanto confusa y hambrienta... ok, para la próxima compraré doble ración.... Aseguras odiar a Miguel Bosé más te descubrí tarareando "Amante Bandido".

Me hablaste de tu hermano fallecido que nunca conocí, sobre tu residencia y de mi bisabuela... pintaste tus botas nuevas de un color verde seco para sentirte a la moda, y sobre tus tardes en casa del maestro escultor... sobre tus cinco materias reprobadas y cómo mi abuelo llegó a Morelia con la esperanza de ser doctor...

Me alegro que no hayamos tenido que regresar, posiblemente un mejor estado del tiempo nos hubiese permitido llegar pronto, privandome de conocer a mi Padre.